"Cuando entres a la iglesia, que es Mi casa, deja a la puerta todas tus preocupaciones. Estás en la casa de tu Amigo, donde nada puede alcanzarte. Piensa en Mi, en amarme y consolarme, dime lo que más agradable te parezca y digno de que yo lo oiga. Dime toda tu alma, yo te escucho. Nada hay tan secreto como nuestros corazones, ni los ángeles mismos saben lo que en ellos passa. Y yo soy el mas discreto. Desbórdate en la alegria del Amor. Nadie sabrá las palabras qye me dices. Este silencio es como el terciopelo del cofrecito que guarda el tesoro. Franquea los limites de tu lenguaje habitual; tus palabras más cálidas serán como flores nuevas sobre las cuales descansaré en el suelo de tu ser. Pequena criatura, tão amada!
Dá-me o que espero de ti. Permanece no Meu coração. É tão fácil agradar-Me! (G. Bossis, nº1280)
Oh meu Bem Amado, sim! Só a Ti quero consolar, só a Ti amar, só em Ti pensar! Que a minha alma seja espelho onde Te possas reflectir nele. Que Te fale sem cessar. Que não viva senão de Ti e para Ti.
Faz-me sentir criatura amada!